grillosazules

Si le interesan mis temas me pueden escribir a grillosazules@gmail.com que de seguro le responderé, y ya está.

Saturday, August 23, 2008

Los weblog del corazón


¿Y bueno para qué sirve un blog? Entonces me digo, pudiera ser un modo para matar el tiempo y contarle secretos a los amigos, también sirve de válvula de escape para esos días que está lloviendo y no puedes salir, o una manera de lucirte inventando palabras, y por último, la única manera de divertirte publicando los engomes que de otra manera no saldrían a la luz.

Como todas las cosas en la vida, un blog se convierte en un órgano de una misma, como un riñón o un músculo vital al que hay que ejercitar para que no se entuma, hasta se convierte en una adicción venérea, pero menos malandrina que el cigarro o el ron, porque solo inviertes ideas, fantasías y algo de chispa, nada de devanarte los sesos pensando cómo escribo tal o más cuál asunto sin que ofendas a nadie y quedar bien con dios y con el diablo, ambos incluidos a la vez.

Hay a quien le da por escribir de las memorias como hace la bloguera más vieja del planeta que recuenta cosas del pasado, de sus días en la España de Franco y la mezcla con su convalecencia en un hospital, me encanta esa mujer que a sus 95 años no pierde el ingenio ni la frescura.

Yo siempre aliento a mis amigos y amigas a que se hagan su paginita personal, y ya los colegas Juana Amaya y Amado de la Rosa están encontrando el punto exacto para disfrutar el blog, también Soledad que desde el primer momento publica esos textos que tenía guardados en gavetas y que tanto me gustan por su forma de transgredir criterios. Es que un blog es un blog en tanto no se demuestre lo contrario, un aliciente para las tardes de agosto en que no puedes bañarte tantas veces como quisieras porque se te gasta el gel.

Y si les digo que también sirven para el espiritual homenaje a esas personas queridas que hemos admirado a través de los años y de pronto nos enteramos que han muerto, como ocurrió con Ricardo Sáez, el respetable jefe de redacción de Juventud Rebelde de aquella década del setenta cuando un grupo de jóvenes iniciábamos el curso de periodismo, o Angel Baldrich, fotógrafo definitivo de mis bodas, bautizos y cumpleaños, de quien guardo los retratos de cientos de reportajes que juntos publicamos en el diario bregar por estos 38 años en la profesión.

Hay más, no quepa duda, porque para morirse solo hace falta un detallito, que no voy a repetir aquí por cursi y vilipendiado pero que tiene la sabiduría del conocedor de las yerbas, y eso demuestra una sola cosa, trigonométrica y algorítmica, como palabra de poeta cuando dijo que ya no somos los mismos, aunque a las nuevas generaciones poco le interese porque ya no creen en suspiros, eso sí, querrán el campo libre para publicar sus kromelladas, tal y como hicimos nosotros antaño, por eso, bienvenidos los campechanos weblogs de los que tengo la certeza que algún día sublevarán el espacio virtual, quizás con soportes menos rígidos y esteriotipados, pero siempre con ese aliento humano que solamente sale del corazón.

Friday, August 22, 2008

Peligro en la red

Pues no me queda más remedio que publicar esta controversia que se ha armado entre dos coterráneos, que a decir verdad, se aman en la distancia aunque no lo digan y sus lenguas aparenten estar tan afiladas como una espada vikinga. Ahí les va, y les ruego que si alguien tiene algo que decir, que lo diga ahora o calle para el resto del blog.

¿A quién tú vas a engañar
impostor tatarabuelo
con tu décima sin vuelo
y la perra sin ladrar?
No te pongas a ligar
con propuestas atrevidas
porque ya tus siete vidas
de viejo gato aporreado
pertenecen a un pasado
de debuts y despedidas.

Ni que tú fueras Tarzán
para andar de liana en liana
del Escambray a La Habana
de La Habana a Quivicán.
Deja la cola del pan
y ponte para las cosas.
Olvida esas mariposas
de la campiña entrerriana
donde tu visión malsana
convierte piedras en rosas.

La rosa no es una losa
no es una timba la temba
la bomba no es una bemba
ni la fusa es una fosa.
Ni con el pétalo roza
tu mustia flor bananera
la almendra de una bloguera
que con sus grillos se goza
(y goza porque es muy moza
en invierno o primavera.)

Tomás

Wednesday, August 20, 2008

Un poeta me escribe

Les traigo olores del terruño, Cumanayagua en alto porque Orlando Víctor, uno de sus hijos destacados ha escrito a este blog, y aquí se los muestro con todo el ingenio de este hombre, que además de poeta es periodista y escritor.

¿Cómo me vas a decir
que no se murió tu abuela?
Este ruido se me cuela
y me pone hasta el parir.
Aquí la cosa es vivir,
?y qué hago con la cosa
si la perra no retoza
por lo de la abuela muerta?
Si no, te toco a la puerta,
!y ya verás, mariposa!

Tengo ganas de gozar
al lado de una tembana,
que está más fresca y lozana
que chuleta en paladar.
A tu lado ese cantar
de los cantares yo entono,
trepándome como un mono
por tus ramajes jocundos,
visitando varios mundos
sin sufrir ningún encono.

Deja ya la abuela muerta
y ponte para un galán
que está loco por tu pan
amasártelo en la puerta.
Esta vida es tan incierta,
sus trayectorias tan breves,
que si la bola no mueves
te quedas con la majagua
recostada en una guagua
sea un lunes, sea un jueves.

Dime, linda mariposa
de estos campos entre ríos,
si entras en amoríos
con el néctar de mi rosa.
Te aseguro que la cosa
será infinito guateque,
no te creas que es un teque,
que en este temba hay madera,
pa' formar la jodedera
sin que te cobren el cheque.

Sunday, August 17, 2008

La rumba eres tú




Este es uno de los espectáculos que realiza la UNEAC los miércoles alternos para que las personas disfruten de la rumba, y al que fuimos llevados por ese virus infecto contagioso que es la remembranza (mándate con el nombrecito). Lo digo así pensando en los años noventa cuando comenzó en estos jardines la actividad folklórica y éramos punto fijo en cada convite, en esa época, como hoy, ocupamos un palco alrededor de la pista por donde aparecían por orden los primeros orichas, aunque ya creo que ni en el firmamento de las deidades existe tal orden, porque ahora ví a la dueña del cementerio y a yemayá desfilar seguidas del íreme de los abakuá, y más tarde algunos bailadores, que sin esfuerzo alguno aunque sin pasión, lucieron sus actitudes gestuales.




Claro que tocó el legendario conjunto de rumba Clave y Guaguancó, pero para asombro mío nada que nos moviera a la emoción que antaño se experimentaba en la Peña del Ambia, famosa por los cuatro costados ante los auténticos desenlaces que otrora provocaran grupos como Yoruba Andabo u otros olúes batás, como éste mismo que hoy, y con el mayor respeto, se han dispersado un poco con la música. Y pienso, ¿Qué de aquellos duelos de columbia que tanta expectación despertaban? ¿Qué de tantos guaguancoses mortales? ¿Qué del voluptuoso Yambú? Tres esencias musicales inseparables que no pueden faltar en ningún lugar donde se diga que hay rumba, y además, se cobre la entrada. Y digo yo, ¿adónde habrá que ir entonces? Porque en la TV brilla por su ausencia, tampoco hay otros escenarios, excepto en el abigarrado Callejón de Hamel, del que hablaré más adelante, porque no es rumba precisamente ese mosaico almidonado de negros bailadores que ponen para rellenar algunos materiales televisivos, como quien dice, para cumplir con el simbolismo y que no nos acusen de xenófobos.




Es cierto que ya quedan muy pocos de aquella pléyade de músicos magistrales, Virulilla, Saldiguera, Chá Chá, Chavalonga, Tata Guines, Tío Tom, Callava se han ido, y ahora recientemente Puntilla en Nueva York. Percusionistas, compositores, bailarines e improvisadores que supongo hayan dejado sus seguidores, esas generaciones que han seguido sus pasos, que tienen por aquello del mejoramiento de la estirpe, una mejor instrucción en las escuelas especializadas que les faltó a un Chano Pozo o a un Pancho Kinto.




Ahora con lo del callejón de Hamel es otra cosa, se da una rumba espontánea y con rumberos de cualquier parte, consagrados o no, están ahí cada domingo del almanaque, sin cover y sin almidones, en la calle misma por defecto de no estar en su sitio de origen, y a merced de un Centrohabana irredento pero con la ética del respeto. Más allá no hay más que eso, la cuna del guaguancó no guaguancoea. Entonces ¿dónde están los rumberos que la clave no se escucha? ¿Muerte del género? Eso me suena a filme de suspenso. Pero, ¿A quién caramba le puede interesar?