grillosazules

Si le interesan mis temas me pueden escribir a grillosazules@gmail.com que de seguro le responderé, y ya está.

Wednesday, August 27, 2008

¿LOS EPIGRAMAS DE CARDENAL IRAN A PRISION?


Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.
Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,
un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica
Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,
otras soñarán con este amor que no fue para ellas.
Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,
(escritos para conquistarte a ti ) despiertan
en otras parejas enamoradas que los lean
los besos que en ti no despertó el poeta.

Cuídate, Claudia, cuando estés conmigo,
porque el gesto más leve cualquier palabra,
un suspirode Claudia, el menor descuido,
tal vez un día lo examinen eruditos,
y este baile de Claudia se recuerde por siglos.
Claudia, ya te lo aviso.

De estos cines, Claudia,
de estas fiestas,
de estas carreras de caballos,
no quedará nada para la posteridad
sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia
(si acaso)y el nombre de Claudia
que yo puse en esos versos
y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlosdel olvido,
y los incluyo también en mis versos
para ridiculizarlos.

Esta será mi venganza:
Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso
y leas estas líneas que el autor escribió para ti
y tú no lo sepas.

Me contaron que estabas enamorada de otro
y entonces me fue a mi cuarto
y escribí ese artículo contra el Gobierno
por el que estoy preso.

Con enorme estupor he leído que Ernesto Cardenal está siendo acusado en Nicaragua por injuria y no sé cuántas cosas más, y debido a esto los intelectuales han cerrado filas para denunciar esta barbaridad del gobierno contra el poeta.

¡Hábrase visto¡ Mi poeta preferido, el de los epigramas de mi adolescencia y más allá también, que yo los leí recostada a una montaña cuando alfabetizaba campesinos en el Escambray, y por ellos estaba dispuesta a hacer las mayores huelgas de hambre del mundo.


Condenado ahora y envuelto en babosadas judiciales como un común desdichado cuando habría que enaltecerlo por ser uno de los poetas latinoamericanos más importantes vivo. Y les digo más, a mi nieta le puse Claudia por estos poemas admirables, y ella, al igual que la de Ernesto, aún no lo sabe.


Por eso mi estupor de este momento, mi angustia al saberlo agredido, junto a él mi aliento y si de algo sirven estas líneas, que lleguen como una alfombra hasta sus pies.

Tuesday, August 26, 2008

¿PARA QUÉ SIRVE EL LATÍN?

El amigo Tomás, invicto de un duelo telemítico y acodémico vuelve al tatami con esta ronrona disertación bloguera. Ahí está para todos los amigos y amigas, de entre y afuera, que nada supera más al placer que un bien llevado núcleo emigranto-familiar.

¿Y para qué sirve un blog?, se pregunta nuestra blóguer para luego darnos la mejor respuesta. Nos cuenta el caso admirable de una española centenaria que escribe su cuaderno de bitácora como si aún le quedaran muchas millas náuticas por navegar. Prueba al canto de que el blog ayuda a vivir y a seguir viviendo; de que funciona como excelente psicofármaco contra las ansiedades, las fobias y las neurosis. Y si produce adicción y dependencia, eso sólo sería un daño colateral mínimo comparado con sus beneficios.

Tomando buena distancia de la solemnidad del discurso académico, tanto como del provincianismo de los juegos florales, el blog se ha vuelto un espacio alternativo que potencia la creatividad y la dispara en otro sentido. De ahí que sea el sitio ideal para que un poeta que brilla por sus destellos líricos se suelte y se desboque montando en pelo unas décimas picantes (impecables, además) que en otro contexto tal vez no se hubiera decidido a publicar.

¿Y para qué sirve la décima?, cabría una nueva pregunta retórica, que viene siendo la misma y es casi como preguntar para qué canta el sinsonte o el tomeguín del pinar. Si se lo preguntas a un guajiro repentista de mi zona, puede que te dé la respuesta improvisando una espinela. Y si está para el paso, a lo mejor te la canta y todo entonando el punto espirituano, si es que no le da por cantar la ‘tonada del burro’, con rebuznos rítmicos y entrecortados. Algunos van más lejos y llegan al ataque frontal.

¿Para qué sirve la poesía?, te disparan a matarte, y lo peor de todo es que uno sabe la respuesta pero no puede formularla en términos precisos. ¿Quién va a atrapar el misterio en la ratonera de las definiciones? Todavía si fuera capturarlo, ya eso suena más preceptivo.

Las operaciones de búsqueda y captura parece que no sólo van con los forajidos en las películas; también valen para capturar metáforas en el aire. Bien que me acuerdo de un viejo amigo de mi pueblo, poeta y tatarabuelo él, que un día lo veo mirando al infinito y con ademán de coger una mosca. Le pregunté qué haces y él se vira como el cazador furtivo sorprendido in fraganti: "Cazando una imagen", me dijo muy seriamente.

Al preguntón un pescozón, decía mi abuela. Pero yo prefiero, en esos casos en que uno no sabe bien lo que debe contestar, echar un pulso y dar una respuesta gallega. Es decir, respondo con otra pregunta. ¿Para qué sirve el ajedrez?, le devuelvo entonces la pelota redonda que viene en caja cuadrada. Y luego yo mismo lo saco del apuro. Pues para que veas --le digo en tono profesoral--, sirve para desarrollar la inteligencia... vaya, la inteligencia solamente para jugar al ajedrez.Ese "¿para qué sirve?" de los que no comprenden que hay cosas que no se entienden porque sólo se sienten --- más la historia de la abuelita española que escribe un blog con sus recuerdos de los tiempos de la dictadura de Franco--- me lleva de cabeza a la anécdota de un ministro franquista que era fanático de los deportes y despreciaba las humanidades. Más que mente sana en cuerpo sano, él prefería atletas incultos lo más alejados posible del ideal griego. Y eso que el ministro había nacido en Cabra, un pueblo cordobés donde el paisaje se confunde con la poesía. Pero ni por ésas.

¿Para qué sirve el latín?, se le oía decir por todas partes con sorna, con retranca y retintín. Hasta que un día un profesor se le bajó en treinta y una, afiló la lengua y en su misma cara le dio una respuesta antológica al ministro autoritario: "¿Para qué sirve el latín? Para que los habitantes del pueblo de Cabra se llamen egabrenses y no cabrones."