El paso de Ike por mi barrio

Bueno esto es rapidito porque aún estamos sufriendo las lluvias que dejó Ike, y cuando salí a la calle Ermita, en mi barrio en Plaza, lo que vi es un panorama de ajetreo y reconstrucción tremendo porque las personas han salido a recoger los escombros, los árboles que han caído a las aceras o las hojas que cubren todo el pavimento, pero en general aquí en esta zona lo más acuciante es la falta de fluido eléctrico en las casas y el bombeo del agua potable, también vi que ya han abierto algunas tiendas para ofertar artículos de primera necesidad y las panaderías distribuyen pan y galletas, también el agromercado de Tulipán abrió temprano y se venden frutas y aguacates entre otras verduras frescas. Poco a poco las lluvias que en la noche fueron muy fuertes y constantes van amainando, y hablando de los lluvias, muy temprano escuché la noticia de que el río Hanábana entre Aguada y Cienfuegos desbordó su caudal y tiene a la autopista incomunicada entre esas dos cabeceras, algo nunca visto en la historia de esa localidad, de manera que lo que no arrazó el huracán con sus ventoleras lo hace ahora el agua que deja, porque inundaciones y crecidas no nos faltarán si continúa lloviendo. Por boca de personas he conocido de situaciones terribles, como las del poblado de Banes, que me cuentan de familiares que han perdido totalmente sus viviendas u otras que han quedado sin techo por la furia de los vientos, ahora supe por una llamada que hizo Chabela a su familia en Banes que están entrando camiones con ayuda para la reconstrucción lo más rápido que se pueda de esas casas, por suerte esa es la esperanza, la cooperación de las autoridades locales y la ayuda internacional que está llegando, gratis y sin condiciones de ningún tipo, porque en situaciones como esta, digo yo, hay que dejar a un lado los resquemores o la pólítica, que lo que hace honorable a quienes tienden la mano en una catástrofe como ésta es el desinterés y el altruismo.Ya habrá tiempo para otros asuntos, ahora de lo que se trata es de ofrecer la solidaridad a aquellos que tanto la necesitan en estos instantes. Y ya está, por ahora, un saludo bloguero.

A los cubanos y cubanas no nos gusta que nos metan el pie

Y es cierto, porque mientras ahora aquí estamos preparándonos para lo peor con esta nueva amenaza de huracán, y una parte de la población está aún sufriendo penurias por los estragos del Gustav, esta Condoleezza se baja con eso de que no es "apropiado" suspender el bloqueo a Cuba en estos momentos de gravedad y peligro, para que se pueda mandar ayuda y adquirir los artículos y productos necesarios.
Entonces, cómo queda la cosa? Te dejo comprar alimentos a cambio de esto, y si no haces lo que digo, allá tú con tu condena. Bueno, por lo que yo sé en todos estos años de bregar por estas calles, con ciclón o sin él, a los cubanos y cubanas no nos gustan que nos convoyen o impongan las cosas, lo digo recordando aquella infeliz idea que se le ocurrió a algún funcionario una vez allá por los años 70, de convoyar algunos artículos con otros que no tenían salida, digamos que si comprabas un desodorante tenías que llevarte un escarabalto, y así las cosas, te llenabas de pendejadas que ni sabías para que las ibas a emplear y eso trajo muchas ronchas, si señor. Claro que la anécdota no se asemeja en nada, pero es la esencia para que esta señora, que no sabe la reacción de muchos por esas declaraciones, sepa que no nos gusta para nada que nos metan el pie ni en el agromercado.
Es así de sencillo su pensamiento, como perreta de niño malcriado. No te ayudo ahora porque es Raúl quien está en el poder, cabría preguntarle ¿Tienes algún amigo en mente a quien te gustaría poner aquí de presidente?
Pero la cuestión es otra en estos momentos, señora Rice, y no podemos perder tiempo, por eso mientras me acuartelo en mi casa a la espera del vendaval o salgo a las tiendas a comprar pilas de linterna o perros calientes, le dedico a la dama del chocolate una Condolenzzia por ser la interlocutora de un amo y señor tan democrático y magnánimo como el suyo.